lunes, 28 de enero de 2013

De los cabellOoOoos!

De los cabellOoOoos!
Reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: NO daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado por su Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras”.

¿UNA MUESTRA DE CARIÑO?
¿Alguna vez te han jalado de los cabellos? O mejor dicho: ¿te los han arrancado? :’/
Sabemos que no es ante todo una muestra de ‘cariño’. No es lo que solemos hacer con personas que amamos o respetamos, no es una alternativa de obsequio para un cumpleañero o recién casado. No resulta muy grato, rebosante, bienaventurado, gozoso y nada placentero que nos apliquen esta ‘dosis’.

¿FELICITACIÓN Y HOMENAJE?
De las pocas o muchas veces que nos ‘arrancaron los cabellos’ no era ante todo una felicitación u homenaje, o digno de sentirse orgulloso y realizado, sino una muestra explícita de reprensión y total desacuerdo.

¿UN REMEDIO CASERO?
Cuando estaba en primaria leí el famoso poema “A Cocachos Aprendí”, fue de alguna manera alentador el saber que después de todo, los ‘cocachos’ serían instrumentos de dirección, funcionarían como una brújula para quienes escuchar solamente no les bastaba. Pero la situación en ese entonces ya no era de ‘a cocachos’, sino de ‘a cabellos’:/ recuerdo a algunos de mis amigos, avergonzados y humillados, pero para no reiterarse la misma escena, es que ahora si preferían el Plan B: Obedecer* J

MUESTRA TOTAL DE INDIGNACIÓN
En los peores casos, esta ‘dosis’ significa una muestra de total indignación. Este es el caso de Nehemías. En esos días los judíos habían tomado mujeres de Asdod, moabitas y amonitas, y la mitad de sus hijos hablaban la lengua Asdod, porque no sabían hablar judaico. Eso equivalía a que habían violado el mandamiento de no emparentar con gentiles (extranjeros) porque eran idólatras y desviarían su atención total a Dios.

CASO SALOMÓN
Tenemos el caso Salomón, conocido como el hombre más sabio de todos los tiempos, pero por esta omisión pecó. Mi intención no es juzgar a Salomón, solo expresar lo siguiente: “Aún el mismo Salomón siendo el hombre más sabio pecó de esta forma… ¿crees que tú y yo (y créeme que NO somos las más sabias) no deberíamos tener sumo cuidado con esto?”

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque qué comunión tiene la luz con las tinieblas o qué parentesco Cristo con Belial?”
No hay problema en que tengamos amigos incrédulos, porque allí radica nuestra tarea: Hablarles de Cristo* El problema es cuando los frecuentamos mucho de forma que ya no son solo amigos, sino ‘mejores amigos’ en el mejor de los casos…

Tu vocabulario y el suyo son distintos, sus principios son distintos, sus señores son distintos, sus modos son distintos, sus sueños son distintos, sus amores son distintos.

Se contagia la enfermedad, no la salud” para aquellos que creen que pueden contagiar su ‘espiritualidad’. NO seas ingenua! Si viene a la Iglesia será por ti. O si no vienes a la Iglesia, será por él.

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