sábado, 9 de marzo de 2013

Excusas y MÁS Excusas


EXCUSAS Y MÁS EXCUSAS


Aunque sabemos que deberíamos testificar, hay muchas razones por las cuales no damos el paso de salir audazmente y compartir nuestra fe. Veamos algunas de esas razones y veamos si alguna de ellas tendrá peso cuando estemos frente al Señor en aquel día.

TEMOR AL RECHAZO
¿Tiene más importancia para ti lo que piensan los demás o lo que Dios opina de ti? Sin embargo, cuando estamos predicando el evangelio, ¿Qué es lo peor que nos pueden hacer? Nos pueden matar y enviarnos al cielo. ¿Es algo tan malo?
“Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” Filipenses 1:21*
Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”. Gálatas 1:10*

FALTA DE CONOCIMIENTO
Una de las razones por la que la gente no testifica es porque sienten que no saben cómo hacerlo. Pero considera esto: ¿No hubo alguien que te guió a Cristo? Si es así, tú ya sabes cómo guiar a otro a Cristo.
La biblia nos da algunos ejemplos muy buenos d cómo compartir nuestra fe. En Juan 4, Jesús habló con una mujer samaritana acerca del agua natural y después de agua espiritual. En Hechos 17, cuando Pablo estaba dando su sermón en el Areópago, mencionó un altar que había visto con la inscripción “Al dios no conocido”.

TEMOR A PERDER AMIGOS
Esta es una de las razones principales que los jóvenes citan para no compartir su fe. Pero ¿Qué clase de amistad tienes si sabes que irás al cielo cuando mueras, pero tu amigo se irá al infierno? ¿Qué clase de amistad sería si han sido amigos durante diez años y luego se separarán por más de 800 mil millones de años? ¿Serán verdaderamente amigos si no son amigos eternos? ¡Qué mejor amigo que alguien que se preocupa dónde pasaré la eternidad!

YA LO HAN ESCUCHADO ANTES
Es importante recordar que la repetición es muy valiosa al predicar el evangelio.
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”. Algunos de nosotros plantamos la semilla, otro más la regará pero solamente Dios puede hacer que la semilla de fruto.

SIMPLE PEREZA
¿Cómo crees que Dios se siente cuando decimos que somos perezosos, mientras que multitudes de personas se mueren y van al infierno cada día? Como cristianos, ¿Qué puede ser más importante?
“¿No tiene usted el deseo de que otros sean salvos? Entonces usted tampoco es salvo.  Puede estar seguro de esto”. Charles Spurgeon*

Si el Señor te diera mil dólares cada vez que compartes su fe, ¿predicarías el evangelio? ¿Tendrías más celo por el dinero que por Dios? ¿Solucionarías tu problema de pereza por amor al dinero cuando no estarías dispuesto a hacerlo por amor a Dios? (Continuará)

No hay comentarios: