sábado, 1 de noviembre de 2014

EVITANDO HERIDAS

EVITANDO HERIDAS


IMPORTANTE
Esta no es una lección de psicología ni autoayuda o motivación. Cuando empezamos con el asunto del “YO” reducimos nuestra visión bíblica donde todo gira en torno de Dios[1]. Dejemos que sea su sabiduría quien nos guíe a evitar estas heridas.[2]

VÍCTIMAS O CRIMINALES
Podemos ser las víctimas como también las criminales en cuanto a heridas emocionales. Cuando una persona no está saludable espiritualmente, lastima y ofende[3], pasando así por alto el primer y segundo gran mandamiento. Del mismo modo, cuando no actuamos prudentemente con nuestro corazón[4] es decir, con nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y voluntad, nos volvemos vulnerables a cualquier tipo de ofensa.

NADA NUEVO
El sufrimiento será pan de cada día para un cristiano como para cualquier persona.[5] El sufrimiento emocional no se limita a la adolescencia, tus padres también sufren, tus maestros, de lo contrario no necesitarían a Dios ni la esperanza eterna de su presencia.[6]

INQUEBRANTABLES
Tu gozo en Cristo es inquebrantable[7]. NO es la alegría del alma, siendo ésta una sensación o emoción pasajera y motivada por las circunstancias. El gozo del Señor no es una emoción (que viene y va), es el resultado de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas aun en las circunstancias más difíciles. He ahí la paradoja del gozo cristiano.

EL REMEDIO
 “Hay en la palabra de Dios un REMEDIO adecuado para todas las enfermedades del alma. Guarda tu corazón con toda diligencia. Debemos establecer una guardia estricta sobre nuestras almas; mantener el corazón de hacer daño, y hacerse daño. Una buena razón es dada; porque de él mana la vida. Por encima de todo, debemos buscar al Señor Jesús el agua viva. El Señor, perdona el pasado, y nos permite seguirlo más de cerca para el tiempo por venir”.[8]

Guardar significa  cuidar, vigilar, custodiar; estar alerta, preservar una cosa o persona de cualquier daño, conservar, evitar algo.

·         GUARDAR: lo cuidamos de emociones dañinas y contrarias al propósito de Dios.
·         VIGILAR: para que no se depositen malas semillas como la ira, los celos, las envidias o amarguras.
·         CUSTODIAR: para que no quede esclavo de sentimientos dañinos que nos roban la vida.
·         ESTAR ALERTA a todo lo que permitimos entrar y atesorar en nuestros corazones porque de la abundancia que haya en él hablaremos.
·         PRESERVAR como algo valioso porque de él mana la vida.
·         CONSERVAR un corazón puro y limpio.
·         EVITAR que sea endurecido por las experiencias dolorosas de la vida porque siempre podemos volver a empezar y necesitamos ese corazón para perdonar y volver amar.






[1] Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos”
[2]  Job 12:13 “Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia”
[3] Romanos 13:10 “El amor no hace mal al prójimo”
[4] Proverbios 4:23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él ‘brota’ la vida
[5] Juan 16:33 “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz, en el mundo tendréis aflicción”
[6] Apocalipsis 21:4 “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor”
[7] 1 Pedro 1:8 “a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”

Guarda tu corazón

Guarda tu corazón de guardar  rencores, nos roban nuestros sueños, gastan nuestras energías,
Nos debilitan a nosotros. Nunca  le roban  los sueños a los otros,
nunca los otros gastan sus energías, nunca los otros se debilitan.

Guarda tu corazón de albergar amarguras, las amarguras nos quitan el sabor  de nuestra vida,
nos impiden saborear lo dulce de la vida, nunca amargan la vida de los otros.

Guarda tu corazón de de guardar enojos,
nos sepultan en sepulcros para no ver el sol resplandecer  cada mañana.
Los enojos nos mantienen alejados y nos aíslan de los demás
Nos sumergen en  soledad, nunca entierran, ni aíslan a los otros.

Guarda tu corazón de los celos, los celos son vientos tormentosos que destruyen nuestras esperanzas, nunca destruye las esperanzas de los otros

Guarda tu corazón de las envidias, la envidia corrompe y daña lo que tienes y no te permite disfrutarlo.
nunca destruye a los otros. Los otros disfrutan a plenitud lo que tienen.

Guarda tu corazón de las contiendas,
las contiendas son semillas dañinas que producen solo árboles de frutas venenosas
que consumimos nosotros mismos, nunca los otros consumen ese fruto venenoso.

Guarda tu corazón de todo orgullo, el orgullo es una coraza que cubre el corazón, lo hace insensible, deja de latir y muere, nunca muere el corazón del otro.

Guarda tu corazón de todos estos sentimientos y otros sentimientos que son yerbajos,
yerbas malignas  que esterilizan el corazón que es la tierra fértil de Dios para dar fruto de vida para ti y otros.

Guarda tu corazón de todos estos sentimientos dañinos,
porque  el único corazón que se enferma y muere es el que abre sus puertas a estos sentimientos.
Los otros corazones nunca se enferman y mueren, solo tu corazón y infartará y morirá,
los otros corazones seguirán viviendo.[1]