viernes, 22 de julio de 2011

PLaN "B"

PLªN “B”

Definitivamente, ¡hoy no fue mi dia!


“Hoy la verdad hoy no fue mi dia...
Me desperte super tardisimo por hacer mi tarea ..me dormi a las 2 am.. y me desperte a las 8am.. me voy caminando de mi casa a la escuela .. llegue a las 9... luego cuando llego veo que me puse la chompa al revés...pasa la segunda hora me cambio de clases...y me caigo >.> ya que habia agua -.- segundo pues es la hora de la tarea que me desvele.. y no vino la vieja chinche de la profe... >.> llega al final del dia.. y me peleo por un pleito que ni siquiera comencé. Llego a mi casa y se me olvidan las llaves!!!! Espero a que llegue mi padrastro a que me abra... llego a mi habitación y esta un desastre de la patada!!!  A ustedes les ha pasado eso alguna vez?…”                      
                                                                                                          Carolina Miranda Maldonado  4to Sec. 

Cada dia de nuestra vida tiene momentos gratos de recordar… y otros no tanto. Experiencias como la anterior, que, a la larga, podria causarnos risa. Lamentablemente no todas ellas son asi. Hay recuerdos que son difíciles de olvidar. Las cosas no salen muchas veces como quisieramos, para ello elegimos un PLAN “B”, que nos ayude a indemnizar el pasado sin, muchas veces, mejorarlo, es mas, lo empeoramos (ya sea con vicios, bebidas alcoholicas, drogadicción, etc). Este Plan “B” resulta ser nuestro salvavidas, ya que el plan “A” se estropeo, y el plan”C” se extinguio.

Se busca: un Plan “B”
Escuchemos a los expertos

Pedro: Jesús aparecio y le ordenó bogar mar adentro y echar las redes para pescar. Cuando tiró la red ésta se llenó de peces, de tal manera que se rompía. Al ver esto Simón cayó de rodillas ante Jesús diciendo:"apártate de mí porque yo soy un hombre pecador". Repentinamente, Jesús le dijo: "Simón no tengas miedo porque desde ahora tú serás un pescador de hombres". La vida mediocre que había vivido Simón quedaría en el pasado. A partir de ese momento Jesús hizo de él un hombre de renombre y sería conocido como el líder de la Iglesia Cristiana en Jerusalén. Simón, el apóstol Pedro.

Mateo: un recaudador de impuestos. Un día Jesús pasó por su lado, lo vio enredado en su negocio, seguramente exigiendo y maldiciendo. Se acercó, lo miró a los ojos y le dijo una sola palabra: "Sígueme". Se levantó, dejó la mesa, el dinero, el pasado y siguió a Jesús. Leví, conocido como Mateo, el discípulo, el apóstol, el autor del Evangelio según Mateo.

Pablo: "Yo perseguía a los cristianos hasta la muerte, los perseguía, los entregaba en la cárcel fuesen hombres o fuesen mujeres". (Hechos 26:11) Tan fiel y celoso de la religión se consideraba que castigaba a los santos en las sinagogas, los encerraba en las cárceles y cuando los mataban, él daba su voto de acuerdo. Este hombre no se merecía una segunda oportunidad. Un día apareció Jesús a este hombre: "Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?", fueron las palabras de Jesús a él. Una luz brillante lo iluminó y una voz como trueno resonó: "Yo soy Jesús, a quien tú has perseguido". Pablo, el futuro apóstol. Aquel que escribió gran parte del Nuevo Testamento.

El Ladron en la Cruz: ¿Otro afortunado? Éste era un ladrón. Atrapado, juzgado y sentenciado a muerte. Le tocó nada menos que estar junto a Cristo crucificado. El ladrón reconoció merecer morir. Le pidió a Jesús una segunda oportunidad minutos antes de morir..: "Jesús acuérdate de mí cuando vengas en tu reino". Y Jesús le dio una segunda oportunidad. "Hoy tú estarás conmigo en el paraíso". 

La Mujer Adultera: En Juan 8:4, unos hombres religiosos sorprendieron a una mujer en el acto mismo de adulterio, enojados la tomaron de la mano, la arrastraron por las calles, querían apedrearla, y se la llevaron a Jesús. La mujer temblaba pidiendo piedad. Jesús le dio una segunda oportunidad. Miró a todos los que la acusaban con esa mirada que descubre hasta el secreto más profundo del corazón, y uno a uno bajaron la mirada, uno tras otro dejaron aquel lugar convencidos de sus propios pecados. Cuando quedó solo Jesús con la mujer le preguntó dónde estaban tus acusadores? Ninguno te condeno. "Yo tampoco te condeno, vete y no peques más". 

El Hijo Prodigo: un hombre que tenía dos hijos, el menor vino un día a su padre y le dijo: padre dame lo que a mí me corresponde en la herencia, yo me voy de aquí. el padre le dio el dinero que le correspondía. No muchos días después juntándolo todo, el hijo menor, se fue a una provincia apartada, y allí desperdició todos sus bienes viviendo perdidamente.
Cuando todo lo había malgastado, sus amigos lo habían abandonado, su vida estaba destruida. El alcohol, las mujeres y las fiestas lo habían arruinado; allí estaba solo abandonado, condenado, maldecido, y encima su vida de pecados le pesaba como una piedra colgada al cuello. El se arrimó a un hombre que tenía una pequeña hacienda de cerdos y le pidió por favor que lo dejase trabajar. Tal llegó a ser su miseria que deseó saciar su apetito con la comida de los cerdos. 

Entonces mirando su vida arruinada, dijo: "Cuántos obreros en la casa de mi padre tienen mucho pan y yo aquí estoy muriéndome de hambre". Se le ocurrió una idea, quizás podría haber una segunda oportunidad para su vida; quizás el pasado podría ser revertido. Se levantó y comenzó el largo regreso a la casa del padre; él no sabía como lo iba a recibir. Pensaba: "¿tendré otra oportunidad, me rechazará, me dará lo que merezco por mi culpa; me echará...?"

Cuando se fue acercando el padre lo vio de lejos y fue corriendo hacia él, así como estaba sucio en sus harapos, el padre lo tomó del cuello, lo abrazó y lo besó. El hijo dijo: "Padre, Padre he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo". El padre llamó a sus siervos y les ordenó sacar el mejor vestido, ponerle un anillo y calzarle los pies; tomar el becerro gordo, matarlo, comerlo y hacer fiesta. 

Regocijo llenó la casa. "Este mi hijo, estaba muerto y ha revivido, se había perdido y es hallado", fueron las palabras del padre. Jesús, el Dios de la segunda oportunidad tiene un lugar en Su casa para ti. El desea cambiar tus harapos por vestiduras nuevas y abrazarte.Muchas personas caminan hoy por las calles con sus vidas hechas trizas, anhelando una nueva oportunidad.

Dios te la ofrece. Aceptala!!!

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